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La salida de la crisis

Ramon Palacio, enginiero y Vicepresidente del Cercle per al Coneixement, reflexiona sobre la crisis económica actual y propone medidas económicas y sociales necesarias para poder salir de ella.

Deberemos ser optimistas, ¿verdad? La crisis se acabará. Se acabará pero con un cambio de modelo político y económico.

Empecemos por el principio, por entender que es lo qué pasa.

¿La crisis es global? Global sí, pero mundial no. La crisis es europea y norteamericana, o como mucho, de la OECD (Europa, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, Japón y Korea). Los BRIC, los países emergentes (Resto de Asia, Latinoamérica,…) no sufren “esta” crisis, ellos siguen creciendo y tendrán sus crisis de crecimiento, que serán distintas.

¿Quien la causó? La global se originó en y por los USA, por su burbuja inmobiliaria, a saber (1) excederse en la construcción residencial, con precios crecientes que hacían subir también de precio la vivienda de segunda mano, (2) excederse en el crédito hipotecario para comprar estos bienes, con la única garantía de su mayor precio en el futuro (bienes de valor menguante y de precio creciente), y (3) además “exportar” estas hipotecas contaminadas y “empaquetadas” (activos tóxicos, les llaman) a los bancos del resto del mundo.

¿Qué ocurre en Europa? Que las instituciones financieras, los bancos, han incorporado activos tóxicos. Que las empresas dependen de los bancos para financiar su “día a día”, que han cerrado empresas, que la economía se ha ralentizado, que los ingresos fiscales de los Estados han disminuido, que los Estados se han sobre-endeudado. Pero, los Estados han salvado a (sus) bancos e instituciones financieras, y por el contrario, estas instituciones financieras ¿las mismas? exigen intereses crecientes a los Estados por esta deuda, entrando en una espiral de deuda insostenible. ¿Será verdad que “Goldman Sachs rules the world”?

¿Y en España? Pues lo mismo ¡pero más!, promoviendo la compra de vivienda a crédito, construyendo tantas viviendas por año como Alemania, Francia, Italia y Reino Unido juntos, sobre-endeudándonos como familias, y con instituciones financieras en el monocultivo de la construcción, sobre-endeudadas para prestar hipotecas, con el “aval” que el mismo bien hipotecado subirá de precio, que viejo vale más que nuevo, y cuando la burbuja rompe, con un Estado en déficit presupuestario y sobre-endeudado, en manos de “los mercados”. En suma, economía especulativa.

En España, la crisis global y la propia se han sumado “en fase”. Además, nos creímos que crecíamos, nos sobraba dinero público y lo repartimos en porciones de 400€ en las últimas elecciones. De la eficacia, la eficiencia y la productividad sólo hablaron cuatro imaginativos.

Lo que está claro es que esta crisis no es una broma, es la más seria desde 1929, y va a cambiar el mundo occidental y el planeta. En un proceso de evolución, los sucesivos estadios no anulan los anteriores, sino que los integran y superan (Hegel). Y cuando esto no sucede, el sistema se vuelve inestable y no sostenible. Por encima de la economía productiva ha aparecido el capital financiero, de naturaleza especulativa. Y las organizaciones empresariales no han evolucionado y no representan al capital financiero, y los sindicatos tampoco han evolucionado y siguen creyendo que los empresarios son sus enemigos.

El capital financiero es “grande”, pesa 6 veces el PIB mundial (ver 1), “se mueve rápido”, 70 veces el PIB mundial en un año (ver 2 y 3), y es “especulativo”, sólo el 2% conlleva intercambio comercial real (ver 4).

Resulta que vivimos en un mundo que limita (y mucho) los movimientos de personas (inmigración), limita (un poco) los movimientos de productos (aduanas, aranceles) y no limita nada, ni siquiera grava fiscalmente, los movimientos de capitales, que son puros movimientos de información, instantáneos, facilitados por las tecnologías TIC. Vivimos en un mundo que los gobiernos no gobiernan (lo hacen los mercados), que los sindicatos defienden a los que ya están asentados (funcionarios, empleados de grandes compañías) e ignoran a los débiles (los autónomos, los parados, los jóvenes, con un 45% de paro en España), un mundo en el que hay crisis de representación política y de prestigio de la “clase” política, en que las instituciones sociales no consiguen compensar este desprestigio, en el que los “media” son arma política y se construyen sobre la manipulación. Vivimos en una sociedad en proceso de individualización y desestructuración. Y corremos el riesgo de crear una fractura social, con dos sociedades, la que ha superado la crisis y la que se ha hundido, sin trabajo y sin recursos.

¿Qué se está haciendo mal?

En primer lugar, seguir alimentando la fiera, seguir alimentando a los “anónimos” mercados financieros. ¿o no son anónimos y tienen nombres y apellidos? ¿cuáles?.

En segundo lugar, incrementar la distancia entre representados y representantes, “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, reformas exprés e impuestas de la Constitución, prebendas políticas a un grupo de escogidos (magistrados, parlamentarios, gobiernos,..)

En tercer lugar, reducir en inversión de futuro, reducir en educación, (tanto en escuelas como en universidades) y reducir en investigación. Dedicar lo poco que tenemos a gastar en vez de invertir.

¿Qué hay que hacer para salir?

Un cambio de “maneras”, gobernar la empresa, gobernar el país con criterios de eficacia, eficiencia, mesura y proporcionalidad. Exigencia de responsabilidades a los gestores públicos y privados. Uso de tecnología para la eficiencia. Transparencia en las acciones y en el proceso de toma de decisiones. Recuperar la credibilidad política. Priorizar inversión frente al gasto. Priorizar la economía productiva. Dejar de empecinarse en el error de una economía especulativa. Más ingenieros y menos abogados (con perdón), más empresa y menos asesores (con perdón), más comercio y menos bancos (con perdón). Disminuir la dependencia hacia el sistema financiero. Reducir los retrasos en los pagos. Que la Administración dé ejemplo. Redefinir el mercado de trabajo. Unificar en lo posible la actual doble escala de contratación, la “indefinida” y protegida frente a la “eventual” y desprotegida, en condiciones intermedias entre ambas.

Algunas de estas propuestas requieren acciones coordinadas a nivel mundial (ex. tasas sobre transacciones financieras) pero otras pueden realizarse a los distintos niveles de gobierno, europeo, español, catalán (cambios de maneras, transparencia, inversión en capital humano, legislación).

(1) Informe ATTAC, El 94% de las transacciones financieras son especulativas ATTAC, junio 2011 , www.attacmadrid.org

El capital financiero a nivel mundial tiene un valor aproximado de más de 337 billones de dólares, lo que representa 6.25 veces el valor de la producción mundial de mercancías y servicios que se produjo durante 2007, que fue de poco más de 54 billones de dólares. La suma de ese capital financiero en parte se deriva de los excedentes de capital que se han acumulado desde el siglo anterior, pero en parte no son existentes, pues esta cantidad es inflada por la especulación; es capital ficticio, como lo denominada Marx, en su pleno sentido de la palabra.

(2) Dictamen Comité Económico y Social Europeo, 18 febrero 2010

periodismohumano.com

El importe total del conjunto de transacciones financieras se ha incrementado, pasando de representar aproximadamente quince veces el valor del PIB mundial en 1990 a hacerlo 70 veces en 2007. Dado que no se han producido prácticamente variaciones en el valor de las operaciones al contado en relación con el PIB, esto implica que el incremento del 400 % en las transacciones financieras corresponde casi por completo a los derivados y, principalmente, a los relacionados con los tipos de interés. Durante el segundo semestre de 2008 se registró un descenso en el negocio de los derivados, aunque su volumen comenzó a incrementarse nuevamente en la primera mitad de 2009. No parece, pues, que hayan cambiado mucho las cosas en el comportamiento del sector financiero.

(3) Fundación Ideas, Informe para el G-20, Mayo 2010

www.fundacionideas.es

Existe un consenso generalizado sobre el excesivo tamaño que ha alcanzado el sector financiero en la economía global: el volumen de operaciones financieras ha pasado de ser 25 veces el PIB mundial a mediados de los años noventa, hasta representar actualmente 70 veces el PIB mundial. La mayor parte de este crecimiento se deriva de operaciones especulativas a plazos extremadamente cortos (incluso inferiores a un día), que son escasamente productivas y que encierran un enorme potencial de distorsión sobre los mercados financieros y, por extensión, también sobre los mer¬cados reales.

(4) Ugt, mayo 2011

www.fundacionluistilve.com

El sector financiero ha sido uno de los granes beneficiados del proceso de globalización. La creciente liberalización de los mercados de capitales ha supuesto un crecimiento sin precedentes de los intercambios financieros. Se estima que, a pesar de la crisis, el volumen total de dichos intercambios supera actualmente el 70% del PIB mundial. Otro dato que da muestra del enorme volumen de capitales que mueve el sector lo podemos extraer del Banco Internacional de Pagos de Basilea, según el cual cada día se realizan operaciones cambiarias por un valor total de alrededor de cuatro billones de dólares. Sin embargo, un dato más revelador, si cabe, lo encontramos al comprobar que pese a la enorme cantidad de capital y de activos que se mueven diariamente, tan solo un 2% conllevan intercambios comerciales asociados, lo que demuestra el alejamiento que existe entre el la economía real y la economía financiera.

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