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Informe Védrine

Breve e irónica reflexión de Antoni Brey sobre Francia, la (anti)globalización y el Informe Védrine del nuevo Ministro de Asuntos Exteriores francés.

La relación de Francia con la globalización es un tema que me interesa y que, además, me divierte: resultan casi enternecedores los esfuerzos de los franceses por darle la vuelta a un proceso imparable sobre el cual, desde mi punto de vista, tienen una capacidad de control más bien limitada. Pero se lo toman muy en serio y siguen generando debate apasionado, inteligente y, en algún momento, desesperado. Posiblemente, demasiado en serio. Se ha apuntado que el malestar francés es, en parte, el resultado de la obsesión de sus pensadores por elucubrar sobre Freud o por exprimir las ideas de Marx hasta el punto de descuidar, al contrario que sus colegas anglosajones, las ciencias puras y la tecnología. Es decir, mucha teoría especulativa y poca práctica en el mundo real.

Desde un punto de vista objetivo, la situación de Francia no es, ni mucho menos, desesperada, pero su estado de ánimo ha derivado hacia el pesimismo y la falta de confianza en sus propias fuerzas. Una pincelada de como están las cosas: meses atrás visité Bordeaux y en una librería del casco antiguo, muy bien surtida, les pedí el libro más vendido de ensayo del momento. Otro comprador se dirigió hacia mí y, muy amablemente, me dijo que, sin duda, se trataba de los Ensayos de Montaigne. Le expliqué, muy amablemente también, que me refería a algún texto sobre temáticas más actuales. Rápidamente el vendedor me llevó hacia la pila más bien situada del establecimiento y me ofreció un pequeño librito de tres euros: Pauvreté et inégalités – Ces créatures du néolibéralisme, del colectivo ATTAC. Antiglobalización pura y dura.

Nuevo presidente, nueva etapa. El recién llegado ha encargado un informe sobre el tema al ex ministro de asuntos exteriores, Hubert Védrine. Se puede descargar en http://www.hubertvedrine.net/publication/rapport.pdf. Una reflexión interesante, directa, clara y concreta, que viene a decir que eso de la globalización no hay quien lo pare y que más vale maniobrar para ponerse a favor del viento.

Quizás el documento les servirá de poco a los franceses, pero he de admitir que les envidio el esfuerzo. Y no soy el único: incluso el editorial del País del día siete de septiembre recomienda a Zapatero que encargue un documento similar y que promueva en España “un necesario gran debate nacional que brilla por su ausencia”. Una buena recomendación, justamente ahora que, en palabras del mismo Zapatero, hemos entrado en la Champions League de los países industrializados. Para no aguar la fiesta a nadie, me limito a un lacónico “veremos”.

© Antoni Brey

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