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CRISIS I DESEQUILIBRIOS

Joan Majo i Cruzate
Posicionamientos
Data: 11/11/2010
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Publicado en El Pa�s, 03/11/2010

Tener fiebre no es una enfermedad, es un s�ntoma externo de que algo malo pasa en nuestro cuerpo. A veces es consecuencia de una agresi�n externa. Otras muchas es la manifestaci�n de un desequilibrio interno. Combatir la fiebre es bueno y permite ir pasando, pero solamente combatiendo la enfermedad, es decir atacando el desequilibrio se produce la curaci�n y desaparecen los s�ntomas. Las crisis econ�micas, las enfermedades de la econom�a, tambi�n tienen sus s�ntomas y sus desequilibrios. Y es fundamental saber detectar y distinguir unos de otros para poder combatirlos adecuadamente.

La crisis de la econom�a catalana y espa�ola tiene dos grandes s�ntomas: uno interior, el paro y otro exterior, el endeudamiento. Somos el pa�s con mayor porcentaje de paro de la UE, y el pa�s con el mayor endeudamiento per c�pita del mundo. Hablo del pa�s en su conjunto � empresas, familias, bancos, Administraciones - no del Gobierno, que es de los que tiene la Deuda p�blica m�s baja de la UE. Mientras estos dos s�ntomas (�ndice de paro, nivel de endeudamiento) no hayan vuelto a la normalidad, no se podr� hablar del final de la crisis. Por esto la crisis ser� a�n larga, pues conseguir reducir ambos a la vez es complejo ya que se necesitan medidas contradictorias: hay que reanimar el consumo y al tiempo aumentar el ahorro.

Con gran retraso hemos ido identificando y aceptando algunos de estos desequilibrios que hay que corregir. Comento siete de los que me parecen m�s importantes.

1. Muchas familias, han gastado e invertido mucho m�s que lo que han ingresado, como consecuencia de una excesiva facilidad de endeudarse a un inter�s bajo, unos plazos larg�simos y unas desgravaciones fiscales innecesarias. Esto ha contribuido, junto a la especulaci�n, a hinchar el sector inmobiliario de forma imprudente.

2. Muchas empresas han invertido mucho m�s que los beneficios que han obtenido, en base a la financiaci�n bancaria, utilizando exageradamente el recurso al apalancamiento para la compra de otras empresas y para otros proyectos. En algunos sectores ahora es imposible retornar los cr�ditos recibidos.

3. Muchas instituciones financieras han concedido muchos m�s cr�ditos que dep�sitos han captado, y se han endeudado con la banca exterior para disponer de liquidez. Han actuado con rigor insuficiente al valorar el riesgo de sus operaciones de activo, sobre todo las relacionadas con el sector inmobiliario.

4. En muchos sectores de la econom�a ha crecido m�s el nivel de rentas salariales que la productividad lo que, combinado con una inflaci�n superior a la media de la UE, ha supuesto una continua p�rdida de competitividad. Los sectores que permiten mayor productividad y mayor competitividad no han ganado peso en el PIB.

5. Los avances importantes en los servicios p�blicos (educaci�n, sanidad, seguridad social, dependencia) han situado globalmente el nivel de nuestro Estado del bienestar a la altura de la media europea, mientras que la presi�n fiscal sigue muy por debajo de la existente en la UE (casi diez puntos).

6. Se ha desequilibrado el reparto de la renta. Durante la bonanza, la riqueza del pa�s ha aumentado mucho pero este crecimiento global ha ido acompa�ado de un incremento de la desigualdad. En este per�odo, la parte de las rentas del trabajo en el PIB ha bajado casi diez puntos y en su lugar se han incrementado las rentas del capital. Las modificaciones fiscales que han gravado mucho m�s las rentas del trabajo que las del capital, han empeorado a�n m�s este desequilibrio.

7. Muchas Administraciones P�blicas han utilizado ingresos extraordinarios puntuales (derivados del �boom� inmobiliario) para dar servicios que suponen un gasto recurrente, con lo que han desequilibrado los presupuestos futuros.

No son los �nicos, pero todos ellos est�n en el origen de nuestra crisis actual. Las medidas de los primeros quince meses ayudaron a controlar los s�ntomas y evitar males mayores, pero ahora es necesario entender que precisamos algunas reformas, sin las que no saldremos de la enfermedad y no volveremos a una normalidad sostenible. Reforma laboral, reforma fiscal, reforma de la Seguridad Social, reforma financiera, por lo menos. Es imprescindible tomar conciencia de esta necesidad de ajuste y de que el ajuste se debe hacer soportando su carga entre todos, y no solamente por algunos sectores, precisamente los m�s d�biles.

Joan Maj�, El Pa�s 03/11/2010