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Amics del País, comprometida con la educación desde el siglo XIX

• Data: 14-09-2020
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Hoy, lunes 14 de septiembre, comienza el nuevo curso escolar, que será excepcional y lleno de incertidumbres, y obligará a toda la sociedad a trabajar juntos para garantizar, a pesar de todos los obstáculos, el derecho fundamental a la educación de los niños y jóvenes de nuestro país.

Amics del País, desde su fundación en 1822, ha mostrado su preocupación por la educación. En este sentido, queremos hacer una mirada al pasado, explicando los importantes logros conseguidos por la entidad en este ámbito.

Este repaso histórico está extraído del libro Compromís i progrés, escrito por el historiador Albert Balcells y publicado por Amics del País, que repasa de manera exhaustiva la trayectoria dela Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País desde 1875 hasta los tiempos actuales.

Ya en el siglo XIX, Amics del País tenía claro que la lacra del analfabetismo de la época sólo se podía combatir a través de una escuela pública y de calidad. A finales del siglo XIX y principios del XX, Barcelona crecía rápidamente pero las escuelas públicas, instaladas en pisos de alquiler, presentaban unas condiciones de insalubridad no aceptables para una ciudad con plausibles aspiraciones a ser una metrópolis mediterránea. En este sentido, en 1915 Amics del País reclamó, junto con otras sociedades económicas de España, que fueran incluidas en las juntas provinciales y locales de enseñanza primaria. Y lo consiguieron.

En abril de 1916, la Societat Econòmica Barcelonesa d'Amics del País, conjuntamente con el Ateneu Barcelonès, la Cámara de Comercio y Navegación, el Fomento del Trabajo Nacional y el Institut Agrícola Català de Sant Isidre, formuló un plan de construcción de edificios escolares para dar respuesta a las necesidades escolares de la ciudad de Barcelona.

El informe propuesta, que se publicó en el Anuario de la entidad de 1916, detallaba el censo escolar de Barcelona en 74.000 niños, de los cuales 15.000 iban a las escuelas públicas, 25.000 en la escuela privada y 34.000 no iban a ninguna escuela, y especificaba que entre estos últimos había muchos que trabajaban en talleres, a pesar de que la ley de 1900 lo prohibía a los menores de diez años.

En Barcelona había 192 escuelas públicas que estaban instaladas en 135 espacios alquilados y 12 eran de propiedad del Ayuntamiento. Según el informe, sus condiciones higiénicas las hacían inapropiadas para su finalidad educativa. Para el censo de 535.453 habitantes de la ciudad, la ley le asignaba en teoría 540 escuelas, por tanto Barcelona estaba muy lejos de lo que prescribía la ley, tal como señalaba el informe.

La iniciativa municipal, que resultó del informe de las entidades económicas de Barcelona, tenía el objetivo de introducir la nueva pedagogía de la escuela activa y se basó en el modelo de las dos escuelas municipales innovadoras: la escuela del Bosc, en Montjuïc, dirigida por Rosa Sensat y fundada en 1914, yla Escuela del Mar, en la playa dela Barceloneta, pensada para los baños de mar, dirigida por Pere Vergés y fundada en 1922.

En 1900, el analfabetismo en la ciudad de Barcelona era del 38% en el caso de los hombres y del 57% en el de las mujeres. En 1930 había bajado hasta el 12% entre el género masculino y el 24% entre el femenino. A pesar de encontrarse por debajo de los porcentajes españoles -del 24% en el caso de los hombres y del 40% en el de las mujeres al conjunto de España-, los datos de Barcelona estaban todavía lejos de la tasa francesa de analfabetismo de 1930, que era del 5,9%.

Actualmente, Amics del País continúa comprometida con la educación, promoviendo espacios de debate y reflexión entre diferentes actores de la sociedad, como por ejemplo el #debatAmicsdelPaís con Joan Subirats, concejal de cultura y educación en el Ayuntamiento de Barcelona; el #debatAmicsdelPaís con el Prof. Arthur Levine sobre el reto de formar a los docentes para la sociedad del conocimiento; y el #debatAmicsdelPaís sobre la disrupción educativa en las universidades con Eduard Vallory, David Bueno, Marta Aymerich y Pelegrí Viader.