Publicacions d'Amics del Pa�s

Reinventar-se i aconseguir la continu�tat de la Ci�ncia Empresa

Antoni Garrell Guiu
Posicionaments
Data: 21/07/2011
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L�expresident del Cercle, Antoni Garrell, analitza la situaci� econ�mica del nostre pa�s i proposa un seguit de mesures per mirar cap endavant, mesures centrades en la gesti� del talent i la transfer�ncia de coneixement.

El primer cuatrimestre de 2011 se ha caracterizado por la palabra �recortes�. Aunque en Espa�a los recortes se han venido sucediendo de forma continuada, en Catalu�a han irrumpido con fuerza una vez cerrado el ciclo electoral y constituido el nuevo gobierno presidido por Artur Mas. La gravedad de la crisis econ�mica y el retraso en la recuperaci�n del crecimiento ha comportado un notable descenso de los ingresos de las Administraciones que se han situado por debajo del 34,5% del PIB; 6,6 puntos menos que en 2007, una cifra ya entonces por debajo de la media de la zona euro que se situaba en el 45,5%. Una disminuci�n mucho m�s importante que la que han sufrido los estados de la Uni�n Europa, donde los ingresos se situaron de media en el 44% del PIB. Cifras que se explican por el presumible incremento de la econom�a sumergida y el deterioro de las tasas de ocupaci�n, ya que el sistema impositivo espa�ol se apoya de forma excesiva en las rentas del trabajo.

Los recortes en los gastos aplicados a la actividad productiva p�blica o privada son indispensables. Disponemos de muchos menos recursos por la p�rdida del ritmo de crecimiento econ�mico y las restricciones crediticias que condicionan todas las actividades. La notoria falta de recursos, por la incapacidad de incrementar los ingresos y la insuficiencia de los recortes efectuados hasta la fecha, obliga a que la disminuci�n del gastos sea inaplazable si se quiere evitar la deriva hacia situaciones como la que afecta a Grecia, a quien a finales de abril los mercados le exigieron una rentabilidad del bono a 10 a�os pr�xima al 15%, (prima de riesgo de 1.200 puntos b�sicos). Porcentaje insoportable y de efectos devastadores para el presente y el futuro de la sociedad griega. As� pues, la situaci�n es tan extremadamente delicada que, ante las dificultades en incrementar los ingresos y las limitaciones en cuanto a la capacidad de endeudamiento, es inevitable una reducci�n que afectar� a todos los servicios que prestan las administraciones, consecuentemente tambi�n a los que son consustanciales con la calidad de vida y el progreso.

Desgraciadamente los pilares del estado del bienestar han entrado en cuarentena por la falta de capacidad de generaci�n de valor de nuestro sistema productivo, el lastre ocasionado por la destrucci�n de puestos de trabajo y el cierre de empresas que de forma interrumpida ha tenido lugar en los �ltimos a�os. Una disminuci�n del estado del bienestar que debe ser coyuntural y que debemos esforzarnos para que no se transforme en estructural, una hip�tesis pausible si no se cambian las tendencias, variando el modelo productivo, la dotaci�n de capital humano y el comportamiento de los ciudadanos; ya que de seguir actuando y razonando como antes de la crisis �nicamente tendremos m�s dificultades y m�s crisis.

Obviamente si Catalu�a recibiese el importe del fondo de competitividad y si el d�ficit fiscal no fuese el que es, las soluciones ser�an otras, pero las cosas a corto y medio plazo son las que son, por ello, sin renunciar a lo que por equidad nos corresponde, es hora de hacer m�s con menos.

Reducir el coste y los recursos utilizados es una obligaci�n ineludible, pero tambi�n lo es mantener la calidad y minimizar la disminuci�n de los servios prestados o los productos elaborados. Son �pocas que requieren el talento de los seres humanos para dejar de hacer aquellas cosas obsoletas, innecesarias o inadecuadas. Es precisamente en estas �pocas complejas cuando surge la oportunidad de cambiar las cosas, ya que la creatividad est� enraizada en la necesidad de hacer m�s con menos, de superarse a si mismo, de identificar soluciones a los desaf�os nuevos que requieran nuevas soluciones. En esa exigencia de ser m�s productivos no deber�amos olvidar el informe de Competitividad Global 2010-2011, donde hace unos meses ya se indicaba la perdida de competitividad en 9 posiciones de la econom�a espa�ola, tanto por los problemas asociados a la crisis econ�mica global, como por el inadecuado marco regulador, las dificultades en extraer capacidad productiva a las tecnolog�as, en optimizar procesos, en internacionalizarse y en dise�ar y fabricar productos diferenciales.

La clave en la actual coyuntura debe residir en reducir los gastos, disminuyendo m�nimamente la actividad; es decir renunciar a la estrategia m�s sencilla consistente en disminuir la actividad y los servicios prestados. Actuar de este modo no ser�a una buena soluci�n, puesto que disminuir la actividad al menguar los recursos no comporta incrementar la productividad, lo cual es una exigencia inexcusable, especialmente al considerar la malversaci�n abusiva de recursos que ha caracterizado los �ltimos a�os. As� pues, preservar el presente y garantizar el futuro comporta asumir que se debe hacer m�s con menos buscando la eficiencia, usando al m�ximo las infraestructuras disponibles y ajust�ndose a los ciclos variantes.

Pero siendo imprescindible recortar los gastos y optimizar las inversiones, no es suficiente, ya que es imprescindible incrementar la capacidad de generar valor econ�mico como instrumento que permitir� incrementar los ingresos del Estado y preservar el estado de bienestar. En ese contexto la clave reside en exportar m�s gracias a productos diferenciales y competitivos; incentivar la creaci�n de empresas; y generar ocupaci�n. Para ello son necesarias medidas como las acordadas en cumbre anticrisis del pasado mes de marzo en el Palacio de Pedralbes, relativas a implementar nuevas v�as de financiaci�n de las empresas, incrementar la flexibilidad de las pymes; apoyar a la industria; potenciar la internacionalizaci�n, y estimular a los emprendedores; y a la vez establecer acuerdos como los 6 alcanzados, que tienen por objetivo reducir burocracia, reformar la Formaci�n Profesional, impulsar las infraestructuras de conexi�n transfronteriza, disminuir la presi�n fiscal para las empresas que generan ocupaci�n, combatir el paro, y apoyar a los sectores sociales m�s afectados. Pero siendo necesarias las anteriores iniciativas no son suficientes para dar mayor solidez al modelo productivo y hacerlo m�s robusto a los globales.

Es requerido poner remedio a las causas por las que Espa�a y Catalu�a afrontaron la crisis con debilidad, ya que de ello depende en gran parte recuperar un ritmo del crecimiento y generaci�n de ocupaci�n sostenida. El an�lisis debe hacerse mediante la observaci�n de lo que ocurre en los pa�ses que han recuperado la senda del crecimiento. En esta l�nea cabe considerar que si bien en 2008 la I+D se situ� en el 1,35% del PIB, todav�a se estaba muy lejos de la media europea, que fue del 1,85%. Tampoco deber�amos ignorar que contin�a existiendo una enorme distancia entre la universidad y las empresas, lo cual se evidencia en que menos del 30% de los que generan adelantos importantes se acercan a la universidad para desarrollar sus patentes, una cifra muy distante en el resto de la Uni�n Europea donde el porcentaje supera el 40%. Un bajo porcentaje que debe encuadrarse en el hecho de que �nicamente el 45% del I+D+i del Estado espa�ol est� financiada por las empresas, mientras que en el conjunto de la UE el porcentaje es del 66%, y que s�lo 2,5 investigadores de cada mil trabajan en la empresa privada, cuando a la UE son 3,9 por mil. Unas cifras que con la crisis han empeorado, ya que seg�n los datos del INE del 2009 la inversi�n en I+D y el n�mero de investigadores ha disminuido, algo que no ocurr�a desde 1994. Una tendencia negativa que desgraciadamente recogen los presupuestos generales del Estado del 2010, que disminuyeron en 5,5 puntos el gasto en I+D, y en un 7,38% el presente.

Esta reducci�n presupuestaria nos aparta de la sociedad y la econom�a del conocimiento y nos aleja a�n m�s de los pa�ses que ya han recuperado la senda del crecimiento, como Alemania que, a pesar de los recortes que ha efectuado, ha incrementado el presupuesto en investigaci�n en un 7%, o en pa�ses como Suecia, Dinamarca y Finlandia, que la mantienen alrededor del 3% del PIB. Son decisiones pol�ticas del gobierno del Estado que nos distancian del camino del progreso.

Las tendencias actuales no deber�an sumirnos en el des�nimo, ya que en los �ltimos a�os se hizo un esfuerzo importante en dar prioridad al I+D. Un esfuerzo que permiti� que Espa�a se situara en la novena posici�n en el r�nking de producci�n cient�fica mundial. Un buen apoyo para el siguiente paso, que no es otro que facilitar que los adelantos cient�ficos y tecnol�gicos lleguen al sistema productivo para generar puestos de trabajo, crecimiento econ�mico y dotar de m�s capacidad competitiva al sistema productivo. Para ello es imprescindible la cooperaci�n estrecha y continuada del mundo cient�fico y empresarial con la finalidad de situar la transferencia de conocimiento como elemento central de las actuaciones. Un camino en el que tenemos un buen trecho a recorrer, ya que en el Estado espa�ol �nicamente se presentan 33,4 patentes EPO (European Patente Office) por mill�n de habitantes, cifra alejada de las m�s de 700 que presenta el Reino Unido o de las m�s de 300 de Alemania.

Disponemos de un buen punto de apoyo para potenciar las empresas existentes y generar un nuevo tejido productivo que nos permita competir en la econom�a globalizada, la cual fundamenta su competitividad en un modelo intensivo en conocimiento. Para lograrlo preciamos de proyectos e iniciativas que no piensen en la cuenta de resultados trimestral, ni en las pr�ximas elecciones, hay que preservar el presente pero sin hipotecar el futuro. Consecuentemente es imprescindible la voluntad de definir, desarrollar y ejecutar estrategias y proyectos conjuntos en �reas geogr�ficas con capacidad de investigaci�n y generaci�n de riqueza contrastada, gracias a la existencia de Universidades; centros de investigaci�n, desarrollo e innovaci�n; empresas con capacidad exportadora; buenas comunicaciones de personas, mercanc�as y datos, dinamismo demogr�fico y altas tasas de formaci�n. Proyectos regidos por la ambici�n de convertirse en zona de innovaci�n y generaci�n de valor referencial a nivel mundial.

Son momentos dif�ciles que exigen sumar colectivamente y exprimir al m�ximo nuestra capacidad de invenci�n e innovaci�n para hacer las cosas como debemos. Es la hora de hacer las cosas de diferente manera, puesto que si las queremos hacer igual no saldremos del t�nel, y salir de �l cuanto antes es una exigencia irrenunciable.

Article publicat simult�niament amb Catalunya Empresarial
juliol de 2011