Publicacions d'Amics del Pa�s

L��TICA I LA CI�NCIA

Victor Canivell Cretchley
Resum d'activitats
Data: 09/12/2013
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V�ctor Canivell, president del Consell d�Administraci� d�Integromics, empresa del sector biotecnol�gic, analitza com evoluciona l��tica degut als canvis que suposen els aven�os cient�fics, per una banda, i l��tica que vertebra el desenvolupament cient�fic (com es fa la ci�ncia), per l�altra. �La interacci� de l��tica i la ci�ncia insideixen de manera fonamental a les nostres vides i �s per aquest motiu que cal que la societat en sigui conscient, ho conegui i ho modeli adequadament�.

La �tica trasciende todo lo que hacemos, por lo que sin duda incide tambi�n en c�mo hacemos la ciencia. Entendemos por ciencia el trabajo de descubrir c�mo funciona el universo, cu�les son sus leyes de funcionamiento, c�mo las podemos modelar, y en definitiva c�mo podemos prever mejor el futuro. Los avances de la ciencia nos permiten aprovechar mejor los recursos naturales a trav�s de las nuevas tecnolog�as a las que da lugar. La tecnolog�a es la consecuencia pr�ctica de la ciencia. La tecnolog�a marca el c�mo podemos vivir en sus aspectos pr�cticos (que se modula por la realidad de la econom�a); y la ciencia marca el c�mo entendemos el mundo y nuestra posici�n en el mismo (en contraste y di�logo constante con la filosof�a y la religi�n). Y en ambos casos, ciencia y tecnolog�a, hemos de ver c�mo conviven y c�mo interaccionan con la �tica.

Nos vamos a centrar aqu� en un par de dimensiones de este binomio �ciencia + �tica�: 1) c�mo aplicamos los resultados de la ciencia a trav�s de la tecnolog�a y c�mo incide en ello la �tica, y 2) c�mo se hace la ciencia, c�mo se desarrolla y c�mo incide la �tica en este proceso.

Es un lugar com�n decir que la ciencia no es �ni buena ni mala� ya que, lo que es, es la constataci�n de nuestro modelo mental del universo. Se aventuran unos principios b�sicos y unas hip�tesis matem�ticas del modelo, se calculan sus proyecciones en situaciones pr�cticas y se miden dichas cantidades en la realidad. Si concuerdan y son repetibles, nos convencemos de que el modelo es adecuado, es decir, refleja adecuadamente la realidad en las circunstancias medidas. Con el tiempo dichos modelos abarcan cada vez m�s �mbitos de la realidad, de lo m�s sencillo a lo m�s complejo, de los componentes m�s b�sicos de la materia al universo astron�mico, de los materiales inertes a los cuerpos vivos, de la estructura b�sica de la vida a todo el entorno cambiante del individuo y de su sociedad - y cada vez con m�s precisi�n. Realmente es una actividad apasionante.

Pero saber es poder. Y la �tica de cada cual es la que dictar� la manera de c�mo se aplican dichos conocimientos y las tecnolog�as correspondientes. La inform�tica, las comunicaciones e internet nos han facilitado much�simo la vida, nos dan acceso a mucha m�s informaci�n de manera mucho m�s r�pida y econ�mica � pero tambi�n pueden usarse para realizar ataques destructivos contra la privacidad, contra las instituciones financieras, y en un mundo del �internet de las cosas�, contra las infraestructuras f�sicas etc. Por ello hemos de dotarnos de unas reglas de convivencia, de unas leyes que reflejen el equilibrio adecuado entre la libertad de uso de las tecnolog�as con la protecci�n necesaria de las personas y las instituciones que nos hemos dado.

Dicho equilibrio adopta diferentes formas seg�n el entorno social en que se desarrolla, y por tanto de la �tica imperante. Encontrar y acordar dichos equilibrios se hace m�s dif�cil cu�nto m�s r�pido sea la evoluci�n de la tecnolog�a, y por tanto del status quo de lo que es econ�micamente factible para la mayor�a de la sociedad. Un caso claro es la explosi�n tecnol�gica hasta nuestros d�as de las tecnolog�as de la informaci�n y de internet. En la base de dicha explosi�n est� el descubrimiento de los semiconductores y la ciencia de los materiales. Esta revoluci�n ha colapsado muchos de los modelos productivos y econ�micos de hace pocas d�cadas, a la vez que ha abierto un sinf�n de nuevas oportunidades. La informaci�n est� al alcance de todos � o de casi todos. Las situaciones planteadas por la defensa de los derechos de autor de productos digitalizables (como la literatura, la m�sica, el video y el cine), por el impacto de Wikileaks y, recientemente, por las escuchas de la NSA demuestran a la vez lo f�cil que es tener acceso a mucha/toda la informaci�n, como lo complejo de resolver el dilema de d�nde est� el punto de equilibrio que entre todos consideremos m�s oportuno, m�s justo. Y hay que decidirlo muy r�pido, ya que la tecnolog�a avanza de manera acelerada. Nuestro problema es que las instituciones no son capaces de digerir esta velocidad de cambio, y ello provoca claras disfunciones. Pero es claro que una gu�a fundamental para hacerlo es disponer de unos principios �ticos b�sicos y ampliamente aceptados. Ello a su vez depende de una educaci�n adecuada en unos valores �ticos. La sociedad necesita acordar cu�les son los prioritarios, c�mo trasladarlos a las nuevas generaciones y c�mo adaptarlos en base a nuevos horizontes de conocimiento.

Otro frente abierto en la actualidad es el correspondiente a la revoluci�n de la biolog�a molecular. Se dice que si el siglo XX fue el de la f�sica, el siglo XXI ser� el de la biolog�a. Estamos desentra�ando el libro de la vida: c�mo nos reproducimos, c�mo nos desarrollamos y c�mo morimos � desde un ser vivo mono-celular hasta una persona. De hecho estamos ante avances de biolog�a sint�tica que es capaz de crear nuevos individuos a partir de c�digos gen�ticos ad hoc, es decir, no directamente a partir de simples modificaciones de perfiles gen�micos pre-existentes. Tambi�n nos planteamos la posibilidad de atenuar, o de bloquear, el proceso del envejecimiento de las c�lulas. Todas estas posibilidades nos conducen a situaciones hasta ahora insospechadas y ante las cu�les la sociedad ha de plantearse qu� normas �ticas b�sicas aplicar y c�mo adoptarlas.

Finalmente nos planteamos tambi�n la �tica de c�mo se hace la ciencia. Los cient�ficos en general relacionan sus �xitos, reconocimiento y capacidad de avanzar sus investigaciones con su producci�n de trabajos publicados en revistas de reconocido prestigio, los llamados ��ndices de impacto�. Es un mundo muy competitivo, con una carrera constante de publicar m�s y m�s, ya que en ello se basa el avance profesional y la captaci�n de nuevos recursos para seguir y ampliar las tareas investigadoras. Tanto es as�, que la calidad puede peligrar, lleg�ndose al caso de dar por buenos datos no adecuadamente contrastados y por ello err�neos. Por ejemplo, en el campo de la biotecnolog�a, inciden muchos factores, incluidos los detalles de los protocolos de c�mo se han llevado a cabo los experimentos as� como las sutilezas de los m�todos estad�sticos utilizados en contextos de �big data�; por ello hay estimaciones de que la mitad de los resultados publicados son dif�cilmente replicables. Aqu� entra en juego sin duda la �tica de trabajo del investigador.

Otro tema relacionado con la �tica es el hecho de qui�nes firman la autor�a de los trabajos. Es cierto que en la actualidad hay una tendencia a la masificaci�n de investigadores en ciertos �mbitos experimentales, y por ello la constataci�n de decenas de autores en ciertos trabajos. Aqu� de nuevo entra en juego la �tica de los autores, en suscribir la autor�a s�lo los investigadores que s� han contribuido a los resultados y conclusiones del trabajo.

Finalmente podemos citar tambi�n el proceso de selecci�n de candidatos para nuevas plazas de investigaci�n y de docencia universitarios. Este es otro �mbito en que entra en juego la �tica del tribunal, en realmente acordar unos criterios adecuados y luego aplicarlos correctamente y con coherencia.

En definitiva, aunque la ciencia sea un �mbito neutro en el sentido de reflejar las leyes de la naturaleza, su uso a trav�s de la tecnolog�a, as� como su elaboraci�n, en cuanto son actividades humanas, se impregnan de la �tica en su desarrollo. Y viceversa, los avances cient�ficos, en cuanto a proveernos de una m�s completa comprensi�n del mundo y una mayor capacidad de interactuar con el mismo, pueden influir en el desarrollo de nuestros principios �ticos. Se trata de dos �mbitos fundamentales de nuestra vida, y por ello es fundamental que la sociedad los conozca y module adecuadamente.