Publicacions d'Amics del Pa�s

Formaci� repte estrat�gic

Lina Zulueta
Posicionaments
Data: 25/05/2008
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L'educaci� �s el proc�s intern per el qual les persones amplien i aprofundeixen les seves aptituds, per tant en l�educaci� es troba la clau per impulsar el desenvolupament personal i col�lectiu dels humans, augmentar la productivitat i la competitivitat. La educaci� �s l�adequaci� b�sica per garantir el futur i garantir la qualitat de vida, per tant es necessari q�estionar-se per les raons per les quals no s'atorga a l'educaci� el car�cter de pol�tica estrat�gica d'Estat, �s a dir, blindar-la, preservar-la de les conjuntures i per�odes electorals i problemes conjunturals que puguin distorsionar o enfosquir la seva missi�.

Article en Castell�, en informaci� relacionada s'adjunta la versi� en catal�

La educaci�n es el proceso interno por el cual las personas ampl�an y profundizan sus aptitudes, por lo tanto es en la educaci�n donde se encuentra la llave para impulsar el desarrollo personal y colectivo de los humanos, y la clave para aumentar la productividad y la competitividad. La educaci�n es la adecuaci�n b�sica para garantizar el futuro y disfrutar la calidad de vida. Nos dice Pa�l Natorp �el hombre s�lo se hace hombre mediante la comunicaci�n humana�, y la comunicaci�n ineludiblemente necesita educaci�n. Por lo tanto es necesario cuestionarse las razones por las que no se otorga a la educaci�n el car�cter de pol�tica estrat�gica de Estado; es decir, por qu� no se preserva de las coyunturas de los periodos electorales y de los problemas coyunturales que pueden distorsionar u oscurecer su misi�n, una misi�n que no solo permite mejorar la competitividad de las empresas, sino que tambi�n facilita la convivencia y hace posible el desarrollo de sociedades cada vez mas multiculturales, intercomunicades y en consecuencia interdependientes. Para mantener la complejidad creciente se exige fuertes y flexibles convicciones, las cuales deben garantizar la convivencia pac�fica, tolerante en la diversidad y solidaria en el �mbito social, tanto local como globalmente.

Pese a que la mayor�a de las voces asumen estos hechos, es una realidad contrastada que estos �ltimos 10 a�os han sido infructuosos en este crucial camino, el sistema educativo no ha cumplido con su misi�n, y tendr�amos que aceptar que su producto, o sea nosotros, no alcanzamos niveles adecuados tanto en actitudes, b�sicas para afrontar los retos cambiantes, como en las aptitudes, fundamentales para conseguir el desarrollo; as� lo explican y certifican los diversos informes de la UNESCO, OCDE, o los informes LOZA, y en el �mbito catal�n el �ltimo informe de la Fundaci�n Bofill. El problema es especialmente grave en Espa�a y Catalunya, sin embargo tampoco se escapan amplias zonas del planeta, donde los sistemas educativos no han sido capaces de atender las necesidades de formaci�n de toda la poblaci�n. Sirva como ejemplo que en Am�rica Latina, seg�n las estad�sticas elaboradas por la UNESCO, �si bien el promedio de escolaridad de la poblaci�n es de 6,3 a�os, el 10% de los ni�os/as provenientes de hogares con mayores ingresos alcanza 11,4 a�os de escolaridad, mientras que el 10% de los ni�os/as provenientes de hogares m�s pobres s�lo est�n en la escuela 3,1 a�os�. Probablemente es en este punto donde residen muchos de los problemas que frenan el desarrollo de esta importante regi�n, con la que compartimos estrechos lazos culturales.

Como se�alaba anteriormente, el problema no es s�lo de Espa�a y Catalunya. Europa en su conjunto tambi�n presenta problemas en el sistema educativo, como muestra tenemos el �ltimo aviso de la comisi�n del tercer cuatrimestre del 2007, en el cual, seg�n un estudio realizado por la Comisi�n Europea, se evidenciaba que 1 de cada 6 j�venes abandona los estudios prematuramente, y que 4,6 millones de europeos entre 15 y 24 a�os est�n en el paro, pese a la falta de mano de obra evidente y a la bonanza econ�mica que el mundo ha gozado en estos �ltimos a�os. Sabemos tambi�n que la inserci�n en el mercado laboral es un proceso complejo, ya que m�s de la mitad de los puestos de trabajo actuales en la Uni�n requieren alta capacitaci�n y capacidad de esfuerzo e interrelaci�n, unas habilidades y capacidades que faltan a casi un 25% de los j�venes europeos de acuerdo con los datos de la propia comisi�n.

Las razones de esta situaci�n en la educaci�n son m�ltiples, sin olvidar la necesidad de superar el gasto en formaci�n, el problema es preciso contextualizarlo en su evoluci�n historia; en este sentido sabemos que en Espa�a el problema es cr�nico, ya que al inicio de este milenio, la inversi�n en educaci�n del Estado espa�ol fue del 4,9% del PIB, una cifra inferior a la media de la OCDE, (Organizaci�n para la Cooperaci�n y el Desarrollo Econ�mico), que era del 5,9%, y tambi�n menor a la del 1995 que era del 5,5%. Con estas cifras, en el inicio de este tercer milenio, se constata que Espa�a dedicaba por alumno unos 5.000 d�lares, un 20% menos que el promedio que era de 6.361 d�lares, y lejos de pa�ses como Estados Unidos, que destinaba 10.000 d�lares, Suiza con 9.000 d�lares, o los pa�ses del norte de Europa que superaban los 8.000 d�lares.

Sin embargo no debemos centrar nuestro an�lisis solamente en el aumento del presupuesto, un hecho que ha tenido sensibles mejoras en los �ltimos a�os, como se puede constatar en los presupuestos generales del Estado para el 2008, ya que en lo que se refiere al Ministerio de Educaci�n y Ciencia alcanz� 6.517, 8 millones de euros, increment�ndose en un 117% respecto al 2004 en la l�nea estrat�gica de potenciar la formaci�n y la inversi�n en I+D+1. Las razones son diversas, y para conseguir una buena formaci�n no es preciso superar �nicamente el 6% recomendado por el Foro Mundial de Dakar con la finalidad de conseguir una educaci�n de calidad para todos; es necesario explorar las razones de la falta de �xito del sistema educativo en los aspectos intr�nsicos del modelo, y aquellos otros que configuran el ecosistema escolar, social y familiar, los cuales tienen un impacto incluso mayor que el derivado de los propios presupuestos. Tan solo con este equilibrio ser� posible reducir el abandono escolar, potenciar la cultura del esfuerzo y mejorar las perspectivas profesionales, consiguiendo una correlaci�n directa entre retribuci�n, carrera profesional y formaci�n. Es imprescindible mejorar la relaci�n entre el sistema educativo y la sociedad, incrementar el sentido de la responsabilidad y la cultura del esfuerzo.

En consecuencia, para analizar el sistema educativo es necesario considerar el conjunto de elementos que el configuran, es decir, el ecosistema donde se desarrolla y presta su misi�n. Es preciso considerar simult�neamente: el sistema escolar, la organizaci�n familiar y el entorno sociocultural.

En cuanto al sistema escolar es necesario esforzarse en comprender la escuela como una comunidad de aprendizaje y desarrollo ps�quico y f�sico, la cual se propone la excelencia; fomenta el rigor, el esfuerzo, el esp�ritu cr�tico y la disciplina; valora la ciencia y se asume que en el seno de esta comunidad se trabaja sincr�nicamente, tanto las aptitudes, habilidades y conocimientos, como las actitudes y la responsabilidad. Un sistema escolar que requiere no solo docentes, sino tambi�n de psic�logos, m�dicos y nutricionistas con el fin de poder conjugar arm�nicamente formaci�n y desarrollo. Todos estos aspectos, que han demostrado su idoneidad en otros lugares, son asignaturas pendientes en el modelo catal�n y espa�ol. Actuar en el sistema escolar implicando y considerando todas estas �reas, seguro que nos abrir� un gran camino para recorrer.

En cuanto a la organizaci�n familiar, no se puede olvidar que en nuestro pa�s no se ha asumido que la familia es la primera responsable de la formaci�n, y que a menudo los valores de responsabilidad compartida, el di�logo y los proyectos conjuntos no existen, ni tan solo contemplamos que con frecuencia la familia es solo un conjunto de personas, en muchos casos desestructurado, que comparte un espacio y recursos, un hecho que complica enormemente el proceso de aprendizaje y repercute negativamente en la escuela.

Finalmente, en referencia al entorno socio-cultural constatar que todo conduce hacia el tiempo libre, el entretenimiento y el ocio exclusivamente evasivo, lejos de aquellos que pueden complementar o enriquecer el proceso formativo. Falta deporte activo y constante, faltan tambi�n los h�bitos de lectura, se desaprovecha la capacidad pedag�gica de la televisi�n, en especial la p�blica, en definitiva la escuela tiene que incorporar una sobrecarga, que es la asociada a disponer de un tejido social con nivel cultural bajo y con tendencia al m�nimo esfuerzo.

Podemos afirmar que la formaci�n es un reto pendiente, que es necesario hacer una apuesta integral, potenciando el sistema escolar; facilitando la compatibilidad del desarrollo profesional con el desarrollo familiar, con una clara protecci�n de las madres tal y como se hace en los pa�ses del norte de Europa, en especial en la �poca donde los hijos son menores; utilizar los recursos p�blicos dirigidos a las televisiones para desplegar su potencial en cuanto a despertar y fomentar la curiosidad que lleva al aprendizaje, el reconocimiento del valor de los conocimientos y el esp�ritu t�cnico, cient�fico y creativo.

Todo un conjunto de retos y asignaturas pendientes, que configuran una tarea compleja a la que hay que sumar esfuerzos y voluntades, en la que es preciso generar debate y buscar el consenso para hacer posible un pacto de Estado, blindado a las confrontaciones electorales y a los ciclos econ�micos, como �nica v�a para afrontar este reto estrat�gico

Lina Zulueta Fern�ndez

Fil�loga i psicopedagoga.
Membre de la Junta directa del Cercle per al Coneixement. (www.cperc.net)

Abril 2008