Publicacions d'Amics del Pa�s

Els nous entorns enriqueixen la nostra quotidianitat

Joan Mayans Planells
Mem�ries anuals
Data: 04/07/2006
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Entrevista de Pablo Mancini a Joan Mayans i Planells, llicenciat en Antropologia Social i Hist�ria Contempor�nea per la Universitat de Barcelona, membre fundador i actual director de l'Observatori per la Cibersocietat i membre de la Junta Directiva del Cercle.

Publicada a educ.ar.

Joan Mayans i Planells es autor de los libros "G�nero Chat. O c�mo la etnograf�a puso un pie en el ciberespacio" (Gedisa, 2002) y "Sota un silenci amb mil orelles. Perspectives socials sobre ciborgs i ciberespais" (Edicions UIB, 2002).

Algunos de los temas que investiga son la etnograf�a de ciberespacios concretos, la gesti�n del conocimiento y el dise�o/concepci�n de espacios digitales para el conocimiento, los aspectos ling��sticos y formales y el an�lisis del discurso mediado por computadoras, y las din�micas de interacci�n e intercambio simb�lico en el ciberespacio.

En di�logo con educ.ar, Joan Mayans i Planells analiz� casos que se inscriben en esos campos y se explay� sobre el congreso on line que organizan desde el Observatorio.

Por Pablo Mancini

�Usted ha explicado hace tres a�os el potencial del ciberespacio en tanto nuevo espacio p�blico para el desarrollo de la identidad local. �C�mo encuentra esa posibilidad actualmente? �Se ha aprovechado significativamente ese potencial?

�Probablemente, lo m�s significativo de estos �ltimos a�os en internet sea que hemos asistido a la progresiva creaci�n de nuevas localidades. En aquel art�culo al que te refieres, propon�a el ciberespacio como un entorno en el que lo local y lo inmediato pod�an jugar sus bazas, ante los potentes procesos de globalizaci�n econ�mica y cultural de los que todo el mundo hablaba hace unos a�os. Sin embargo, no creo que las entidades locales, a quienes se dirig�a aquel art�culo, hayan aprovechado el medio para lo que all� se propon�a. Esa dimensi�n local a la que me refer�a, en un sentido cl�sico del concepto, apelando a municipios, pueblos y ciudades, no creo que haya dado ning�n salto importante en cuanto a su utilizaci�n y proyecci�n en el ciberespacio, entre otras razones, porque hemos ido adapt�ndonos y relativizando esa hipot�tica amenaza de la globalizaci�n cultural.

Y, por otro lado, hemos visto como lo local, lo inmediato, se ha redefinido. La proliferaci�n masiva de blogs y sistemas de sindicaci�n y de enlace mutuo entre blogs tiene una importancia fundamental en la construcci�n de estas nuevas localidades: nuestro entorno social inmediato se ha visto alterado por la presencia de una nueva red de opinantes, escribientes y comentaristas completamente apropiada y personalizada por cada sujeto. En nuestro contexto cotidiano, inmediato, el lugar que antes ocupaban los ciudadanos-vecinos ahora lo empiezan a jugar los blogs-vecinos. Con todo lo que ello implica.

�En su libro G�nero chat. O c�mo la etnograf�a puso un pie en el ciberespacio, ha estudiado el fen�meno de la escritura en tiempo real. Actualmente, el chat parece ser una de las formas culturales m�s naturales de los nativos digitales: �ya hemos visto todo en este campo?, �advierte algo nuevo para el futuro al respecto?

�Desde luego, el chat, al d�a de hoy, ya parece casi una tradici�n del ciberespacio. Hace tanto ya que lo experimentamos por primera vez, cuando nos sorprendi� su formato y sus caracter�sticas, que parece casi una cosa tan antigua... como la misma internet. Es muy posible que esta �antig�edad� como medio de comunicaci�n sea la causa de que lo hayamos incorporado, de una forma naturalizada a nuestras pr�cticas comunicativas, como tambi�n ocurre con el correo electr�nico. Creo que el chat ha encontrado unos determinados nichos y contextos sociales que le son especialmente propicios. Una gran mayor�a de los usuarios de internet conocen los chats y los han experimentado. Sin embargo, por el hecho de tratarse de mucho m�s que una herramienta, de ser mucho m�s exigente a nivel de atenci�n, continuidad y tiempo, hace que su uso se haya, progresivamente, situado en esos determinados nichos sociales.

Por otro lado, los dispositivos de mensajer�a instant�nea han ocupado la dimensi�n m�s directamente instrumental de los chats, haciendo que los chats, por s� mismos, asuman un mayor papel de espacio abierto, p�blico y socialmente significativo.

Esto, por supuesto, no quiere decir que lo hayamos visto todo, en este terreno, pero s� que es cierto que parece que los chats han encontrado su sitio socialmente significativo en el ciberespacio y que su importancia y aplicaci�n social y cultural est� mucho m�s definida que otros fen�menos emergentes en el ciberespacio. Pero precisamente la proliferaci�n de estos constantes fen�menos emergentes; el hecho de que estemos hablando de un sector social cuya infraestructura fundamental son productos tecnol�gicos de consumo; la constante aparici�n de nuevas aplicaciones y dispositivos, hacen que el terreno se mueva bajo nuestros pies. Eso quiere decir que nada es estable en el ciberespacio y los chats, desde luego, no son ninguna excepci�n.

��C�mo est� observando el fen�meno de la proliferaci�n de aplicaciones Web 2.0?

�A m� me recuerda bastante lo que le� de la Web 0.1. En los �ltimos a�os del siglo pasado le�a sobre los or�genes de internet y sobre todas aquellas personas e ideas que iban a hacer de internet algo socialmente revolucionario; los argumentos y las promesas de aquellas nuevas tecnolog�as y sus redes sociales. Tal vez luego chocamos con la realidad, la comercializaci�n y la cotidianizaci�n de internet, la Web que todos hemos conocido, aprendido y, hasta cierto punto, aborrecido. Por eso digo que la Web 2.0 es m�s que un proyecto, es un desider�tum con resabios de esa amalgama de personas, ideas y proyectos medio ut�pica, medio revolucionaria, pero rabiosamente socioc�ntrica, que fue la internet de antes de internet.

Sin embargo, el concepto tambi�n tiene un componente de moda conceptual que se entronca con la frecuente aparici�n de nuevos programas, nuevas aplicaciones y nuevos nombres. Esta tendencia a la novedad, intr�nseca en internet, no debe hacernos pensar que internet avanza, casi por inercia, hacia el modelo 2.0, con todo lo que esto implica de apertura, participaci�n masiva y creaci�n de entornos din�micos.

Esto no s�lo no es necesariamente as�, sino que puede llevarnos a perder de vista otros fen�menos tecnol�gicos, macro-empresariales e incluso legales que tendr�n mucho que ver en c�mo ser� la internet de dentro de algunos a�os, vaya por el n�mero de versi�n que vaya. Esta es precisamente uno de los temas centrales del pr�ximo congreso del Observatorio para la CiberSociedad, as� que nos queda a�n mucho que discutir sobre el tema.

��C�mo analizar�a el auge de redes sociales como MySpace o Second Life? En el caso de Second Life, las personas que participan construyen �alter egos a medida� y espacios que hibridan lo p�blico con lo privado. �C�mo explica que m�s de 250 mil personas elijan llevar una segunda vida en la pantalla y generen relaciones, eventos y hasta dinero, que tienen impacto fuera del mundo virtual?

�Conozco poco estos fen�menos, pero sin duda se parecen mucho a otros casos anteriores de participaci�n masiva en entornos l�dicos y de vida social alternativa propios de internet. Siempre he pensado que la mayor�a de las mejores �killer apps� del ciberespacio tienen un componente l�dico. As� fueron las pr�stinas listas de discusi�n de Arpanet, as� fue Usenet y as� fueron los chats. As� fue el cl�sico caso de Habitat y sus m�ltiples variantes de ciudades, poblados y lugares virtuales. As� tambi�n se explica el �xito de los mensajes cortos de los tel�fonos m�viles y su apropiaci�n social como herramienta personalizada, m�s all� de su funci�n telef�nica. As� son los entornos de creaci�n personal o colectiva en el ciberespacio, como los blogs.

Yo creo que la explicaci�n para fen�menos como Second Life o MySpace tiene mucho que ver con estos otros fen�menos: permiten crear redes sociales significativas para sus participantes. Permiten crear y recrear la identidad, proyectarla en nuevos entornos y volver a ser uno mismo. Quiz� porque nuestro entorno cotidiano �tradicional� o �duro� no nos lo permite, porque no es lo bastante satisfactorio o, simplemente, porque estos nuevos entornos enriquecen nuestra cotidianidad. Para m�, este �ltimo factor es el determinante, al menos, a un nivel colectivo. Nuestro personaje de Second Life o nuestro nick en un canal de chat nos da la oportunidad de ser socialmente significativos. Y en �ltima instancia, �no es eso lo queremos todos?

�El Observatorio para la CiberSociedad (OCS) que usted dirige ha anunciado que en noviembre pr�ximo se celebrar� la tercera edici�n de su congreso online. En los dos congresos anteriores (septiembre de 2002 y noviembre de 2004) los ejes de las convocatorias fueron �Cultura & Pol�tica @ CiberEspacio� y ��Hacia qu� sociedad del conocimiento?�. �Cu�l es la idea rectora del pr�ximo congreso del OCS? �Qu� desaf�os emergen para esta tercera edici�n?

�Creo que la evoluci�n de las tem�ticas de los congresos del OCS es, cierto modo, paralela a la propia cibersociedad o, queremos pensar, a los retos que se plantea en cada momento, desde una perspectiva socioc�ntrica. Me explico: desde los primeros barruntos del OCS y en concreto en el congreso de 2002, cre�amos que nuestro objetivo fundamental era modificar el foco central de atenci�n sobre el ciberespacio. Quer�amos subrayar que el ciberspacio, como espacio p�blico, deb�a ser analizado, aproximado, entendido, gobernado, ocupado desde un punto de vista socioc�ntrico, y no tecnoc�ntrico. Esto, que hoy parece algo superado, hace cuatro a�os no era as� en absoluto. Creo que la labor del OCS y de aquel congreso colabor� con otras iniciativas que consiguieron llevar a m�s sectores el inter�s por lo cibersocial. En particular, estoy convencido de que el impacto de aquel congreso en el entorno acad�mico fue importante y ha tenido continuidad, descubriendo el ciberespacio como lugar eminentemente social, donde tienen lugar cosas que merecen la atenci�n de los cient�ficos sociales.

En el 2002 insist�amos en el car�cter cultural del ciberespacio. Y, como consecuencia de esto, quisimos prestar una especial atenci�n a los conflictos y a la pol�tica en el ciberespacio, puesto que donde haya sociedad y cultura hay conflictos, intereses y pol�tica. Negarlo, obviarlo o incluso ocultarlo tambi�n tiene efectos y consecuencias pol�ticas. En el 2004 quisimos continuar con esta l�nea espec�fica y propia de los congresos del OCS, que combinan el debate acad�mico con el impacto social y la dimensi�n pol�tica del tema. Por ello nos fijamos en la expresi�n de moda del momento: �sociedad del conocimiento�. El concepto llevaba ya alg�n tiempo circulando, pero en aquel momento nos pareci� que representaba magn�ficamente el momento que est�bamos viviendo, al menos en el contexto del Estado espa�ol: por un lado, encontr�bamos los discursos pol�ticos, mensajes publicitarios, iniciativas empresariales aplaudiendo la llegada de una incierta �sociedad del conocimiento�; por otro lado, la realidad, en forma de una creciente fractura digital, de movimientos contradictorios de apropiaci�n de las tecnolog�as, de comercializaci�n y vulgarizaci�n de muchos de los detalles que se apuntaban en los a�os noventa como potencialmente revolucionarios, etc�tera. Esta contradicci�n quedaba reflejada en los interrogantes entre los qu� encerr�bamos el t�tulo del congreso del 2004: �Hacia qu� sociedad del conocimiento?

Como en aquel momento no fuimos capaces de encontrar una respuesta clara a la pregunta, sino una gran cantidad de propuestas, an�lisis, s�ntomas e ideas, es pertinente que en el 2006 nos replanteemos esta cuesti�n con otros t�rminos y a la luz de las nuevas din�micas que est�n modificando la textura social de la Red. Antes habl�bamos de la Web 2.0 y creo que este ser� uno de los temas centrales del congreso de este a�o. Porque bajo la idea de Web 2.0 se encuentra buena parte de los debates que han llevado a la elecci�n del t�tulo y a la redacci�n de la l�nea editorial del nuevo congreso.

Cuando decidimos encabezar el nuevo congreso con el t�tulo �Conocimiento Abierto; Sociedad Libre� est�bamos proponiendo una f�rmula provocadora, que pone en cuesti�n y confiere protagonismo a todos los movimientos open que estamos viendo proliferar en los �ltimos a�os. Pero a la vez, desde un punto de vista menos t�cnico, tambi�n suponen una muy buena excusa para debatir sobre las ideas de una Red m�s participativa, con muchos m�s creadores, con m�s capacidad multimedia e interactiva, con nuevas estructuras de redes �locales� hechas a partir de las nuevas localidades de nuestros vecindarios virtuales, etc. Uno de nuestros objetivos para este congreso ser� conseguir vincular, precisamente, los movimientos �open�, todos los fen�menos de �Web 2.0� y darle a todo ello la dimensi�n pol�tica y la relevancia social que hay tras todo ello, para que se convierta, de nuevo, en objeto de reflexi�n y an�lisis.

Actualmente estamos en fase de recepci�n de candidaturas para la formaci�n de grupos de trabajo, que son la base fundamental de los debates del congreso. Por ello, quiero aprovechar esta ocasi�n para invitar y para animar a todos, y no s�lo desde �mbitos acad�micos, a visitar la web provisional del congreso (www.cibersociedad.net/congres2006), a leer all� la l�nea editorial del congreso y a plantearse la posible organizaci�n de un grupo de trabajo sobre alguno de los temas sobre los que aqu� hemos conversado. En la medida en que seamos creativos y nos atrevamos a hacer las preguntas apropiadas en el planteamiento de los grupos de trabajo y discusi�n, conseguiremos encontrar las respuestas m�s importantes a un enunciado que tambi�n puede expresarse en forma de pregunta: Conocimiento Abierto, �Sociedad Libre?

Fecha: Junio 2006